El #10YearChallenge de Colombia

Como nos encantan las tendencias, las modas y todas aquellas cosas que nos distraen de lo fundamental.

Como nos encantan las tendencias, las modas y todas aquellas cosas que nos distraen de lo fundamental, quise sumarme a la famosa tendencia de las redes sociales donde se publicaba una foto de hace diez años para compararla con una de la actualidad.

Pero en vez de hacerla con imágenes del autor de esta columna preferí optar por la Colombia del 2009 frente a la del 2019. El balance, para ahorrarles expectativas, no es muy sorprendente. Pocas cosas han cambiado.

La economía colombiana creció en el 2009 un débil 0,4 por ciento mientras que en el más reciente informe del Dane este indicador, que mide la evolución de la riqueza del país, superó el 2,7 por ciento (tercer trimestre del 2018). 

En materia de desempleo pasamos de tener 2,3 a 2,8 millones de personas desocupadas en los últimos 10 años con una tasa que pasó de 12 por ciento a 8,8 por ciento.

El costo de vida, reflejado en el índice de inflación, pasó de 2 por ciento en 2009 a 3,18 por ciento en 2018, lo que significa una política inflacionaria controlada pero que no se compara con la creciente carga tributaria.

De hecho hubo reforma tributaria tanto en 2009 como en 2019 (con la novedad que esta vez le cambiamos el nombre por Ley de Financiamiento). En ese entonces el salario mínimo era la mitad de hoy y se ubicaba en 497.000 pesos; hoy quedó en 828.116 pesos.

La tasa de usura, o sea el límite que pueden cobrar los bancos a los colombianos por sus créditos, ha bajado un punto en 10 años: mientras en 2009 era de 30,71 por ciento recientemente quedó en 29,10 por ciento.

El famoso impuesto de 4 por mil, que se creó temporalmente en 1994, se ha mantenido tanto en 2009 como en 2019. La tasa de interés del Banco de la República era de 4,5 por ciento hace 10 años, es decir, igual que en la actualidad.

La percepción de corrupción no ha cambiado. Según Transparencia Internacional, el índice es de 37 sobre 100, o sea Colombia es el país 96 más corrupto entre 180 mientras que hace 10 años estaba en el 3,7 en una escala de 1 a 10 (donde 0 es la más alta) y ubicados en el puesto 78 entre 178 países.

En pocas palabras, mientras en 2009 el alcalde Samuel Moreno prometía los diseños del Metro de Bogotá, en 2019 Odebrecht anuncia su interés de licitar en la construcción del mismo.

Se quedan muchas cosas en el tintero que nos han permitido reinventarnos como país. Firmamos el más importante proceso de paz de nuestra historia reciente pero no por eso dejamos de ser un país violento.

Y seguiría en una lista interminable de titulares e indicadores que demuestran que Colombia, a veces, pareciera estancarse en los libros de historia. Sin embargo, ya será otra tendencia, de esas que nos mantienen entretenidos, la que nos dará para mirarnos nuevamente al ombligo.

Columnista: Juan Manuel Ramírez M.

Publicado en: Portafolio.co

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